Car and Driver participa en varios programas de afiliación de marketing, lo que significa que Car and Driver recibe comisiones de las compras hechas a través de los links a sitios de los vendedores.
¿Existe acaso una manera más divertida de recordarle a un amigo sus despistes al volante? Porque no se nos ocurre ninguna.
Siniestrar un coche deportivo es una experiencia que todo conductor quiere ahorrarse. Dicho eso, bien es cierto que, en el mundo real, a veces el talento se agota para alguien y los errores ocurren. Pero si eso te llegase a pasar alguna vez, querrías tener un amigo cerca como este usuario de Facebook, quien con mucha maña ha reproducido a escala el castañazo que sufrió su colega con su Subaru BRZ.
A juzgar por las fotos publicadas, parece que la contrapartida real de este BRZ en concreto encontró su final tras una 'reunión imprevista' con un bolardo en un aparcamiento solitario. Si bien el BRZ no parece haber quedado completamente inutilizado tras el impacto, sí que necesitará pasar una larga temporada en el chapista a cuenta de este incidente que bien podría deberse a una práctica de 'drift' que no salió bien. Buscando recordar su pérdida a este amigo de cara a las Navidades, el artesano Chris Warren se puso manos a la obra recreando el accidente a partir de una maqueta a escala.
Como el accidente real, el proyecto del diorama comenzó con un BRZ en 'Blue Pearl'. A partir de ahí, trabajó el modelo para trasladar a la maqueta cada desperfecto que sufrió el coche real. Así, el capó se ha doblado y desplazado para imitar la fuerza del impacto, mientras el labio inferior del paragolpes se ha dividido y quebrado utilizando calor.
Los detalles siguen bajo el capó donde la admisión, el radiador y un montón de cables y cañerías del motor están fuera de su sitio tal y como sucedería en un accidente auténtico. Incluso ha añadido un airbag 'disparado' en el interior como nota adicional de realismo.
Con la carrocería adecuadamente golpeada, Warren también intentó simular los daños en la pintura del BRZ real. Este artista llegó hasta el punto de transferir motas de la pintura al modelo del bolardo, el cual está clavado en una alfombrilla que hace de aparcamiento.
Puede que te hayas percatado igualmente del gran pájaro en lo alto del poste, incluido como homenaje al ave que supuestamente el amigo de Warren avistó en el momento del golpe. Si bien las fotos no le hacen justicia al resultado de la maqueta, es muy buena para tratarse de una primera vez en esto del modelismo.
Aprecie o no su amigo este simpático recuerdo, este artista nos ha descubierto una interesante manera de homenajear aquellos coches que perdimos, así como las circunstancias bajo las cuales los perdimos. Podrían servir como un aviso a navegantes, por ejemplo para la próxima vez que te apetezca 'maniobrar' en un parking solitario.
Vía: Road & Track